* Antes de nada, mil disculpas por no haber subido blog la semana pasada. Debidos a algunas turbulencias personales me ha sido prácticamente imposible. Intentaré que no vuelva a pasar.
Hace mucho que deje de celebrar año nuevo. Bueno, sí; iba a casa de mis familiares, me comía las uvas y felicitaba a la gente porque habíamos cambiado de año, pero era – y es – pura rutina. No sé vosotros, pero yo no encuentro nada diferente entre el 31 de Diciembre y el 1 de Enero. Sigue siendo invierno, sigue haciendo frío y, en ocasiones, sigue nevando. No encuentro el porqué de la celebración de esta fiesta; desde mi punto de vista, no tiene ningún sentido. A mi modo de ver, sería mucho más comprensible celebrar la entrada o salida de una estación, donde sí se ve una diferencia notable entre un día al otro. El fin de año no supone ningún cambio físico a nuestro ecosistema, por lo que no creo que sea justo denominarlo “cambio” si en realidad lo único que cambia son nuestros calendarios.
Sé que esta semana deberíamos hablar sobre “propósitos de año nuevo” pero desde el mismo momento en el que no le encuentro sentido al cambio de año, tampoco se lo veo al hecho de hacer una lista de cosas que hacer o intentar hacer en un período de 365 (o 366) días. Sí que es cierto que, el hacer esto, el ponerse una fecha límite para realizar depende que actividades, puede resultar útil dado que te ayuda a la realización de la misma; pero no creo que sea algo que se debe hacer sólo – y especialmente – en fin de año.
Para no faltar al tema semanal, haré una pequeña mención a las cosas que quiero hacer o cosas que quiero mejorar de mi misma; aunque en realidad no puedan llamarse “propósitos de año nuevo”. Me gustaría sacar buenas notas en estos exámenes finales y, bueno, en los que vendrán. Me gustaría conservar a los amigos que he hecho este semestre en la Universidad y que no podré ver tan a menudo el que viene. Quiero y – por cierto compromiso conmigo misma – debo terminar un manuscrito de una novela que tengo a medio escribir. Me gustaría, poco a poco, dejar de ser tan perezosa e intentar terminar los miles de proyectos que tengo en mente. Deseo con ansia encontrar algún otro niño al que dar clases para poder sacarme algo más de dinerillo extra y, para terminar, me gustaría que la relación en la que estoy, duré lo suyo.
Taty
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